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Satanás sabe cómo afectar las vidas. Él conoce perfectamente cómo funciona nuestra mente. Sabe que para detener un propósito lo único que tiene que hacer es quebrar al alma. Una de sus armas más poderosas es afectar la mente a través de los traumas generado por ciertos individuos. Desde las emociones hasta el organismo son alterados a través de estos. La persona afectada queda invalidada y genera una confusión mental enorme. Algunos logran salir de la trampa, sin embargo siempre atraen a su vida el tipo de personas que vienen directo a golpear una vez más esa área que había sido afectada, llevándoles una y otra vez a la misma condición. La persona lucha y batalla, y no entiende qué sucede. Esto termina produciendo un nivel de estrés que se transformará en depresión, ansiedad, enfermedades psicosomáticas y pudiendo generarse enfermedades graves. Para poder generar esta destrucción masiva el maligno cuenta con un ejército de seres humanos. Ellos son los psicópatas integrados a la sociedad y los perversos narcisistas encubiertos, los cuales no son los asesinos en serie, sino asesinos que aman depredar las almas. Lamentablemente hoy en día este mal ha entrado en todas las áreas de la sociedad y la iglesia del Señor no es la excepción. La biblia es clara en definir el carácter de los hombres de los últimos tiempos en 2 Timoteo 3:1-5, la descripción encaja totalmente en la ola de narcisistas encubiertos y psicópatas integrados que han invadido la sociedad, los gobiernos y la iglesia. Es hora de despertar y saber cómo descubrir si estamos siendo víctimas de esto y qué estrategias usar cuando sintamos que alguien con estas características esté rodeando nuestra vida.